2020, el año que aprendimos algunas verdades.

Hola Ucieros!!!!

a pocas horas de desepedir este 2020 que fue bautizado en su nacimiento como año de la Enfermería, merece la pena echar la vista atrás para agradecer todo el aprendizaje de estos 12 meses, unos más (bastante más) interminables que otros.

Y es que hemos aprendido. Aunque la mayoría de enseñanzas a la luz de la COVID-19 ya las podíamos intuir.

Aprendimos que el aleteo de una mariposa en Wuhan provocó una tormenta en medio mundo, y asustó a la otra mitad. La globalización, dicen. Aprendimos la capacidad de portar un virus al otro extremo de la tierra en horas y eso nos mostró lo vulnerables que somos como especie. Aunque, probablemente, ésto ya lo sabíamos.

https://www.perfil.com/noticias/salud/a-un-anodel-brote-en-wuhan-el-mundo-supero-los-80-millones-de-casos-de-coronavirus.phtml

Aprendimos que ningún sistema sanitario está preparado para soportar pacientes graves que mejoran lentamente, y que desafortunadamente los sanitarios y los científicos no lo sabemos todo (aunque aprendemos, eso sí, muy rápido).

https://www.agenciasinc.es/en/view/content/276359/full/1/127091

Aprendimos sobre virología e inmunología mucho mas que los ultimos 20 años, con verdaderos virtuosos de la docencia que tradujeron de manera brillante al idioma de los mortales las particularidades de nuestro sistema inmunitario, las mutaciones, el sistema de un virus para replicarse… Alfredo Corell fue un gigante estos meses. Algunos medios de comunicación fueron pioneros en sentar a científicos en las sillas, en vez de políticos o tertulianos. Mención especial para La Sexta Noche. Debería cundir el ejemplo.

Aprendimos que, por alguna extraña razón, el humilde papel higiénico era un bien con el que especular (e incluso traficar). Sinceramente, asustaban las colas en los supermercados, la ausencia de pasta, carne, garbanzos, arroz… Creo que esto no lo vimos venir… El racionamiento, más propio de oscuras épocas de posguerra, se instaló en nuestras calles.

https://www.lasprovincias.es/sociedad/compra-papel-higienico-coronavirus-20200312170103-nt.html

Aprendimos que en este pais somos 17 pequeños feudos, y tal vez en determinados momentos remar en diferentes direcciones sólo es el preludio de un enfrentamiento político y el inminente desastre. Los dirigentes, de todos los colores y todos los signos, lanzaron (y lanzan) piedras en vez de tender puentes.

No estuvieron (ni están) a la altura.

https://www.elimparcial.es/noticia/220362/nacional/la-oposicion-critica-al-gobierno-de-la-propaganda-por-atribuirse-el-merito-de-la-vacuna.html

Aprendimos que las Redes Sociales eran un vehículo extraordinario para trasmitir información de nuevos progresos entre profesionales. Yo diría que se erigieron en imprescindibles. A cambio, como en cada moneda de inmenso valor, la cruz no tardaría en darnos en la cara: el auge de los tierraplanistas, los negacionistas y los cospiranoides antivacunas. Ah, y los bailes con el EPI puesto de TikTok de dudoso gusto y oportunidad que algunos se empeñaban en defender porque «en mi tiempo libre puedo hacerlo» o «es una manera de abstraerse de la realidad que vivimos». NO, rotundamente NO. Si la gente muere en la habitación de al lado, no tienes ningún derecho ni libertad para salir bailando de uniforme en tu hospital o centro de trabajo. Del mismo modo estos comportamientos daban munición a quienes decían que todo era una mentira, porque los sanitarios se pasaban el día bailando en los hospitales… Afortunadamente, ya es difícil verlos en redes, y es algo de lo que debemos alegrarnos.

Aprendimos que no somos heróes. Que no somos invulnerables. Que enfermamos, y también morimos. Que hay huecos imposibles de llenar. Que hay personas que no se olvidan.

#miestadoesguardia.

Aprendimos que la Atención Primaria y los equipos de Salud Pública y Medicina Preventiva son imprescindibles. Aunque eso también los sabíamos.

Aprendimos que es necesaria la especialidad de Enfermeria en Cuidados Críticos. Ventilación mecánica, hemofiltración, decúbito prono, manejo del paciente intubado, vias centrales y arteriales… La adaptación de las nuevas enfermeras a estas técnicas ha sido ejemplar durate la pandemia, pero es IMPRESCINDIBLE una formación específica, regulada y planificada.

Este año hemos aprendido que echamos en falta las enfermeras que expulsamos del pais para que se buscasen un futuro estable en otros sistemas sanitarios de nuestro entorno. Los ciudadanos de Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, Francia han sido beneficiarios durante años de la formacion y capacidad de enfermeras españolas, y aquí no hemos sabido aún plantear un recorrido laboral que las retenga. Ya va siendo hora….

2020 nos hizo sentirnos orgullosos de nuestra profesión, de nuestros compañeros, de las caras marcadas por las mascarillas y las gafas de protección. También nos hizo sentirnos un poco madrileños en Marzo, con el corazón encogido viendo a la gente morir sola y las UCIs colapsadas.

La poesía fue la única manera que encontré para abrazar a tanta gente querida que se batía el cobre en los hospitales de Madrid.

Aprendimos que IFEMA puede ser un hospital y los libros (ésto sí lo sabíamos) refugio y trinchera.

Gabi Heras nos relató magnificamente el caos en la capital en su libro «En primera línea». Aquí una entrevista esclarecedora…

También aprendimos que necesitabamos a quienes teníamos al lado, al equipo, a los médicos, auxiliares, celadores , limpiadoras (no las olvidemos, fueron parte de nuestro escudo, gracias Sarín ….) que tenían, igual que nosotros, los ojos cansados por la falta de sueño, enrojecidos por el miedo y ese olor a lejía que tarda tres vidas en desaparecer…

En cada UCI, SAMU, 112, Urgencias y plantas COVID se vivió una realidad parecida, un aprendizaje similar, que intentó reflejarse en este poema…

De repente aprendimos______________________

isidro manrique___

De repente hemos descubierto

asombrados

que podemos abrazar y sonreír tapado el aliento, los labios, el pelo.. 

y sólo 

solamente mirando a los ojos. 
Hemos aprendido un lenguaje nuevo

que no contiene palabras

ni sabe de ortografía ni acentos ni comete faltas

Un lenguaje que se escribe

cuando te cruzas por los pasillos

y crees firmemente que todo irá bien. 


Porque también aprendimos que nadie hace mala letra cuando las manos no cuentan, pero suman mucho, y nunca supieron restar… 


Aprendimos estos días a anudar los cordones de unas zapatillas que no corren,

pero nos sostienen,

nos sujetan a un suelo con fronteras,

a un duelo al amanecer entre nuestros pasos y un sendero hecho con astillas de silencio y cinta aislante. 


Hemos descubierto que somos invencibles

cuando somos partes pequeñas de algo muy grande. 

Tal vez eslabones inciertos, a veces acero,

otrora arena de colores que no hay océano que no quiera abordar para decirle bajito

que envidia retirarse cuando baja la marea y naufraga el ánimo. 

En este invierno nos hemos apropiado de las miradas ajenas

llenas de parpadeos y miedos

de lágrimas por dentro

porque por fuera, dicen, somos héroes. 


Yo no he visto capas en mi vestuario

pero sí muchas cicatrices de las que uno se tarda en curar

De las que no salen con doble de lágrimas

como cuando necesitas abrazos y sólo tienes recuerdos

y palabras viejas

y un café compartido en la salita de nuestra cárcel sin barrotes

ni dos segundos de descanso

ni más de tres cucharadas de ayer. 


Hemos aprendido que tenemos el mar muy cerca de la piel, aunque no podamos pisarlo

Y también que las calles son obligados desiertos

Y nuestra casa un castillo con gigantes de medio metro que nos abrazan las rodillas que nos negamos a doblar. 


Hemos descubierto

borbotones de nostalgia cuando leemos de reojo un calendario sin lunes ni festivos

que perdió semanas, pólvora y primavera

y alquiló un pedazo de futuro

entre tus pulmones y mis pestañas. 

Mi buen amigo Pablo Sánchez recogió brillantemente las imágenes de nuestra UCI, y estas letras leídas por los compañeros de equipo fueron un recordatorio que tardará en borarrse de nuestras retinas y nuestra piel.

Quiero cerrar el año con esta imagen hecha ayer. Maria José es probablemente una de las mejores enfermeras de nuestra UCI, estudiamos juntos la carrera hace un siglo, y también juntos, aunque en equipos diferentes, afrontamos la pandemia en nuestra unidad. A su lado la nueva generación, la que llega: su hija Alejandra. Curiosa, con ganas de aprender, con inquietud, con esa voluntad incorregible que le da su juventud.

2020, gracias por enseñarnos que no lo sabemos todo.

Bienvenida Alejandra. Bienvenido futuro.

2021, bienvenido.

elenfermerodelpendiente

8 comentarios

  1. Cómo siempre un verdadero lujo leerte, aunque debo decir que este es sin duda lo MEJOR QUE HE LEIDO este año.
    Te aviso que lo voy a imprimir y colocar en el comedor de la clínica donde trabajo ahora. Quiero que todos lo lean. Que todos entiendan este año.
    Gracias, por todo y por tanto.
    Feliz año a tod@s los compañer@s

  2. BUENOS DIAS COLEGA GRACIAS POR LA INFORMACIÓN,UN SALUDO ALA DISTANCIA, FELÍZ AÑO 2021 PARA USTED Y SU HERMOSA FAMILIA
    ________________________________

  3. Me gustaria saber si conoceis algo de la figura del enfermero referente en uci
    Has sido gratificante leer lo arriba dcpuesto. Es lo k hay. Realidad. Inmerso en la tercera ola y cansado tras 9 meses de lucha cada vez se nos pide mas y las camas de uci no dejan de crecer por eso ahora sin tiempo para enseñar asignamos a una enfermera experta en uci como referente para los que no son tan expertos.
    Que podemos sacar de esto y aprender?

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