Hace algún tiempo mi hermano Pablo Sánchez y yo asistíamos en Valencia a SaudOnMe, un evento sobre salud que se celebraba en Valencia, y donde pudimos conversar unos minutos con Raquel Nieto, doble trasplantada de pulmón, que pasó 99 días en una UCI.
«Cuando entramos en una UCI ponemos nuestra dignidad en vuestras manos, tenéis que cuidarla y protegerla» .
Y no sólo en UCI, en cualquier unidad de hospitalización o donde atendamos a nuestros pacientes. Aunque la vulnerabilidad en UCI o en quirófano, por la necesaria desnudez, es tal vez más evidente.
Con esta reflexión en la guantera desde hace tiempo, ayer compartí en Instagram un video de la experiencia de una paciente (yo no la conocía, pero parece que es un personaje público en su pais) que mostraba el irrespetuoso trato de los profesionales que la atendieron en esa situación de vulnerabilidad.
Lamentablemente no es un caso aislado, según podemos leer en los comentarios del post… y afortunadamente también hay compañeras que tienen en cuenta ese cuidado de lo invisible…aunque lo hayan aprendido lejos de casa…


Creo que hay que hacer una reflexión importante y urgente sobre la atención a nuestros pacientes. Han pasado años desde el movimiento HU-Ci , tiempo en el que desde mi punto de vista se ha politizado (prostituido) el concepto, convirtiéndose en moda y marketing: ahora todo es humanizado, no hay jornada o congreso que se precie no tenga una mesa sobre «humanisasión», fotos cogiendo manos de los pacientes y proyectos con nombres cuquis y purpurina pero sin dotación ni evaluación que se quedan en pintar con dibujitos el área de pediatría. Luego, en las trincheras, (o en las universidades de salud donde se aloja el núcleo del aprendizaje de los profesionales) sólo es un unicornio, tanto en la gestión de recursos inhumanos, como en muchas ocasiones, lamentablemente, en la faceta asistencial de muchos compañeros.
Si nos damos un paseo por redes, incluso los TOP Stars sanitarios patinan clamorosamente a cambio de unos likes. Lo vimos en este post hace unos meses, con burlas injustificadas ante una situación que exige la protección del paciente.
Lejos en tiempo y ejemplo queda aquel TEDx donde Gabi Heras abría un melón necesario. Un video para revisar obligatoriamente en todas las facultades donde se formen sanitarios.
Creo que las enfermeras tenemos la obligación de proteger esa vulnerabilidad de nuestros pacientes, ser garantes de su dignidad, esa que dejan en nuestras manos. Y no sé si todas estamos cumpliendo con esa responsabilidad.
Deseo que aquellos vientos de los que hablaba Raquel en su poemario «Cabo del Viento» no se conviertan en tormenta y naufragio por nuestra indigencia emocional.
Creo que no es negociable.


isidro manrique
elenfermerodelpendiente
Hola, voy al grano: existen herramientas para medir, cuantificar el trato que damos a nuestros pacientes y poder mejorar en temas concretos?
Totalmente de acuerdo. Creo qué por desgracia estamos perdiendo humanidad. Nuestro único objetivo es cuidar al usuario. En todas sus necesidades. No sólo médicas,también, respeto,cariño,intimidad y un largo etc… Un saludo cordial.